“Un sacrificio se refuta mucho mejor al aceptarlo”
(Wilhelm Steinitz)
En ocasiones un jugador de ajedrez se decide por atacar y para ello no duda en realizar un sacrificio con el fin de debilitar las defensas enemigas y alzarse con la victoria. El jugador defensivo casi siempre lo mejor que puede hacer es aceptar el regalo y aguantar las embestidas del rival hasta que se le agoten las fuerzas.
Con las opciones hay alguien que quiere ganar, nuestro rival, comprando y para ello realiza un sacrificio, en este caso es la prima que tiene que pagar por la opción. Nosotros somos el vendedor, el que acepta esa prima como si fuera una entrega de pieza y trataremos de conservar esa ventaja de material hasta el final de la partida, que es el vencimiento. En ocasiones nos veremos obligados a devolver la pieza por uno o dos peones con la idea de simplificar la posición y llegar a un final fácilmente ganado. Eso equivaldría a recomprar la opción donde nos aseguraríamos una parte de las ganancias.
Pues ya ven, el ajedrez y la bolsa no son tan distintos. De hecho en muchas facetas de la vida se usan técnicas del ajedrez, como en el vídeo siguiente. Lo recomiendo.
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